GRAVE DIGGER "The Last Supper"
(Nuclear Blast / Mastertrax)
Decimocuarto álbum de los teutones, sin contar dos recopilatorios. Todo un alarde de subsistencia en el negocio (más de veinte años ya) el de las huestes de Chris Boltendahl (voz y alma). Después de un grandilocuente "Rheingold", el presente álbum, basado en la pasión de Cristo (no sé si en la versión gore-cinematográfica de Mel Gibson), nos conduce con más intención que nunca a otras marcas de fábrica de la banda y a álbumes más añejos. No por eso dejan de lado el sonido más melódico de "Rheingold" en cortes como el que da título, "Black Widows" o la extensa "Crucified", por ejemplo. Sin embargo, el tono general es el de composiciones más directas, más acordes con lo que estos chicos hacían hace en los ochenta y primeros noventa, con muchas influencias de Accept o los mismos Judas Priest, como se comprueba en "Hell to Pay", "Desert Rose", "The Night Before" o "Grave in the No Man’s Land", pero con la fuerza y la contundencia que les caracteriza. Un trabajo que no va a sorprender a estas alturas a nadie, aunque algunos agradezcamos ese sutil giro, ese guiño a otras épocas marca de la casa. Un trabajo que sigue manteniendo muy vivos a los alemanes cavadores de tumbas, con un Manni Schmidt (guitarra, ex-Rage) más que asentado en sus filas (ya van tres discos) y plenamente consciente de la idiosincrasia de los de Boltendahl. Un Cd que, personalmente, creo que supera a sus últimos predecesores, mucho más directo y sin tanta orquestación, y que te deja un buen sabor de boca (mira que yo antes era incapaz de tragarme entero uno de sus álbumes y éste, como "Rheingold" anteriormente, me los digiero sin necesidad de sal de frutas).
Decimocuarto álbum de los teutones, sin contar dos recopilatorios. Todo un alarde de subsistencia en el negocio (más de veinte años ya) el de las huestes de Chris Boltendahl (voz y alma). Después de un grandilocuente "Rheingold", el presente álbum, basado en la pasión de Cristo (no sé si en la versión gore-cinematográfica de Mel Gibson), nos conduce con más intención que nunca a otras marcas de fábrica de la banda y a álbumes más añejos. No por eso dejan de lado el sonido más melódico de "Rheingold" en cortes como el que da título, "Black Widows" o la extensa "Crucified", por ejemplo. Sin embargo, el tono general es el de composiciones más directas, más acordes con lo que estos chicos hacían hace en los ochenta y primeros noventa, con muchas influencias de Accept o los mismos Judas Priest, como se comprueba en "Hell to Pay", "Desert Rose", "The Night Before" o "Grave in the No Man’s Land", pero con la fuerza y la contundencia que les caracteriza. Un trabajo que no va a sorprender a estas alturas a nadie, aunque algunos agradezcamos ese sutil giro, ese guiño a otras épocas marca de la casa. Un trabajo que sigue manteniendo muy vivos a los alemanes cavadores de tumbas, con un Manni Schmidt (guitarra, ex-Rage) más que asentado en sus filas (ya van tres discos) y plenamente consciente de la idiosincrasia de los de Boltendahl. Un Cd que, personalmente, creo que supera a sus últimos predecesores, mucho más directo y sin tanta orquestación, y que te deja un buen sabor de boca (mira que yo antes era incapaz de tragarme entero uno de sus álbumes y éste, como "Rheingold" anteriormente, me los digiero sin necesidad de sal de frutas).Juanma Martínez

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